El resultado de las Elecciones al Parlamente de Cataluña celebradas el 21 de diciembre no ha variado sustancialmente el panorama político en este territorio. Las fuerzas políticas que hasta ahora han defendido el proceso unilateral de constitución de una Republica catalana independiente obtienen una representación parlamentaria muy similar a las fuerzas políticas que defienden el mantenimiento de Cataluña en la España de la ya agotada Constitución de 1978. Tras tres años de graves enfrentamientos y polarización entre ambos bloques en Cataluña, la situación de empate político pone de manifiesto la necesidad de abandonar tanto la vía de la unilateralidad independentista seguida por el nacionalismo catalán como la del inmovilismo político del nacionalismo español, poniendo en marcha un nuevo proceso político en Cataluña y en todo el Estado que ponga el énfasis en la confrontación contra el modelo económico, político y social que ha permitido la aplicación de las políticas neoliberales que vienen acabando con los derechos civiles, económicos y sociales de la mayoría del pueblo español.
El PCE ha considerado un grave error definir las alianzas y programas políticos y electorales en Cataluña exclusivamente en torno al conflicto entre nacionalismo y unionismo, porque ello obvia las verdaderas causas y políticas que conculcan tanto los derechos del pueblo catalán -incluidos sus evidentes derechos nacionales- como los del resto de pueblos de España.
La confrontación entre nacionalismos ha sido instigada tanto por la derecha nacional catalana -PDCat- como por la derecha nacionalista española -PP y Ciudadanos-, conscientes de que agitar la política catalana -y por extensión la del resto del país- sobre la confrontación entre identidades, excluye del debate en toda España los verdaderos problemas de la sociedad: la falta y precarización del empleo, los sistemáticos y continuados recortes en derechos sociales y económicos, la degradación de los servicios públicos universales, los recortes en las libertades públicas y la generalización de las prácticas corruptas de saqueo del patrimonio público. Los anteriores problemas se padecen tanto en Cataluña como en el resto del Estado, y en uno y otro caso los responsables han sido las mismas fuerzas políticas conservadoras -PDcat, PP y su alter ego Ciudadanos- que hoy han conseguido que las victimas de sus políticas económicas y sociales confronten entre ellos por el color de sus banderas.
El PCE saluda expresamente la alta participación registrada en estas elecciones, la más elevada de la historia electoral de Cataluña. Consideramos que ello es una excelente noticia que pone de manifiesto un fuerte interés en la sociedad catalana por la política así como una generalizada voluntad ciudadana de participar activamente en los asuntos públicos.
Los resultados electorales muestran que el bloque defensor de la aplicación del artículo 155 -Ciudadanos, PSC y PP- ha quedado muy lejos tanto de ser alternativa de Gobierno como de ser mayoría social en Cataluña. El independentismo -PDCat, ERC y CUP-, a pesar de las dificultades arrastradas a consecuencia de las medidas autoritarias adoptadas por el Gobierno del PP para combatir una realidad eminentemente política, se mantiene y consigue la mayoría suficiente de escaños para gobernar Cataluña. Pero no avanza un ápice en conseguir la mayoría social y política de independentistas que necesitaba para legitimarse y en su caso continuar la vía unilateral que tan trágicamente ha venido impulsando hasta ahora.
El espacio político donde el PCE y el PSUC viu se referencian en Catalunya -En Comú Podem- obtiene más de 320 mil sufragios y 8 diputados, en un entorno marcado por el enfrentamiento identitario en el que únicamente esta fuerza política ha trabajado por romper esa dinámica, habiéndose convertido por ello en el blanco de las críticas de ambos bloques nacionalista. No es el buen resultado que sin duda necesitaba esta opción de izquierdas y de dialogo y coherencia política. Pero sobre todo no es el resultado que necesitaba Cataluña para romper la dinámica estéril de enfrentamiento en que se encuentra y por ello no es un resultado satisfactorio. El PCE coincide con el análisis realizado por los portavoces de En Comçu-Podem incidiendo en la prioridad de construir estrategias que permitan desarrollar los procesos de confluencia política sobre el eje de confrontación entre capital y trabajo y así incrementar el apoyo popular a los Comunes entre los sectores más populares de Cataluña, objetivo al que dedicaremos todo nuestro esfuerzo tras analizar detenidamente los errores cometidos.
El PCE entiende que es fundamental una mayor presencia e implicación de las distintas expresiones de organización de la clase obrera en el nuevo espacio que representa el proyecto de En Comú-Podem, y en especial del sindicalismo organizado, cuestión indispensable para avanzar en un proyecto que necesariamente ha de ser Nacional y de Clase. La presencia de Cataluña es fundamental en nuestro proyecto de República Federal y solidaria que reconozca la realidad plurinacional, multilingüistica y pluricultural de España.
El PCE apuesta por realizar tanto en Cataluña como en toda España una fuerte oposición a las políticas conservadoras y a las fuerzas políticas que las implementan, así sean independentistas o unionistas, nacionalistas españoles o nacionalistas catalanes. Trabajamos y trabajaremos por construir unidad popular haciendo converger a la izquierda anti neoliberal de Cataluña con todos los sectores de la sociedad que están objetivamente interesados en construir alternativas al capitalismo así como en avanzar en un nuevo proceso constituyente para un nuevo país donde la solidaridad y la justicia social sean realmente mandatos constitucionales. Un nuevo país más incluyente en el que quepan todas las personas que aspiran a construir un mundo más justo, un país en el que los sentimientos nacionales no dividan al pueblo sino que lo cohesionen en torno al proyecto común de socialismo y libertad que siempre hemos defendido.
Madrid, a 23 de diciembre de 2017