(Contestación al artículo del Sr. Alberto Ibarrola Oyón. en Noticias de Navarra del 7 de marzo)
En su artículo de opinión publicado en este mismo medio el pasado día 7 de marzo, este señor sugería que “alguien debería explicar por qué el PCE ha retomado el leninismo como base ideológica cuanto todo indica que ese ideario está superado por la historia”. De igual manera, indicaba que “el PCE adoptó la ideología del eurocomunismo”, y a continuación hacía gala de todos los tics a los que nos tienen acostumbrados los voceros de las llamadas “democracias occidentales”; el comunismo es dictadura, burocracia, va contra los Derechos Humanos, etc. Aún y todo, hemos de darle la razón al señor Ibarrola en una de sus afirmaciones con la cual no podemos estar más de acuerdo; “el capitalismo también ha fracasado, como constatamos en las crisis periódicas que nos asuelan y en la injusta desigualdad creciente entre las clases sociales.”
Por centrarnos ya en el propio Lenin y en la herencia teórica del leninismo, deberíamos destacar dos facetas de Lenin, la ideológica-teórica y la activista-revolucionaria.
En lo referente a la faceta ideológica-teórica, Lenin actualizó y amplió las ideas de Marx, y atendiendo a la situación global del capitalismo de principios del siglo XX escribió los libros
“El Imperialismo fase superior del capitalismo” y “El Estado y la Revolución”.
Cualquier persona puesta un poco al día en la situación geopolítica mundial, sabe que hoy el imperialismo no sólo no ha caducado, sino que con otros actores y con otros métodos, se encuentra en una fase máxima tras la desaparición de la URSS. Hoy las potencias imperialistas como EEUU y la UE, están condenando a los países de África, de América Latina y del Sudeste Asiático a la miseria, explotando sus poblaciones como mano de obra barata, y generando a su vez indirectamente el empeoramiento del nivel de vida de la Clase Trabajadora de los países occidentales. Estas potencias imperialistas en su afán acaparador expolian las materias primas de los países de la periferia capitalista, y para ello no cuentan con reparos en originar cruentas guerras, en intervenir militarmente a través de la OTAN, o en apoyar a grupos terroristas de esos países. Por todo ello, al menos en la cuestión imperialista, creemos que el ideario de Lenin no está fracasado.
En “El Estado y la Revolución”, Lenin plantea que el Estado tiene como eje fundamental de su actuación “la conciliación de las clases, con la condición de la subordinación de todas a la clase dominante”. Sin salirnos de España, en la crisis económica del 2008 podemos encontrar la actualidad de este libro. Durante la citada crisis, todos los aparatos del Estado (y los de la Unión Europea) se han afanado en que la crisis la paguen la Clase Trabajadora y sus Capas Populares, y se beneficie de ella el IBEX 35: el rescate de la banca y de las autopistas, las distintas reformas laborales que han disminuido el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras, o la reforma del Artículo 135 de la Constitución (que ha sustentado los recorte en la sanidad, en la educación pública, y en los salarios indirectos). Señor Ibarrola, de nuevo creemos que en esto tampoco estaba equivocado Lenin, y que tampoco ha perdido actualidad.
En lo referente a la faceta la activista-revolucionaria, en la guerra de 1.914 Lenin se enfrentó a la socialdemocracia que claudicó a los intereses de la burguesía nacionalista defendiendo la guerra. En aquel momento Lenin fundó el movimiento comunista escindiéndose de la socialdemocracia, planteando que la guerra era de carácter imperialista, oponiéndose a ella y defendiendo el carácter internacionalista de la Clase Obrera.
Haciendo un breve paralelismo, podemos apreciar como hoy en día la socialdemocracia española defiende a capa y espada la monarquía, la antidemocrática reforma del Artículo 135 de la Constitución, la totalitaria aplicación del Artículo 155 de la Constitución, o como hace algunas pocas décadas metió a nuestro país en la OTAN a pesar de aquel “de entrada no” llegando a presidir este organismo el socialista Javier Solana. Muy a su pesar señor Ibarrola, tenemos que volver a reiterarnos en lo actual del pensamiento leninista.
Por ir terminando, Lenin, consciente del modelo de Estado servidor de la oligarquía, siguiendo a Marx, indició que debe ser el Pueblo encabezado por la Clase Obrera quien puede y debe defender los intereses populares. Hoy en día, para hacer frente a estos poderes oligárquicos se necesita un Bloque Político y Social que tenga claro la necesidad de acabar con estas minorías antidemocráticas.
Para enfrentarnos en la batalla social, económica e ideológica a los fuertes poderes de la oligarquía que domina este país no sólo a través del estado, sino también con la ayuda económica y propagandística de los medios de comunicación, los y las comunistas entendemos que necesitamos un Partido plenamente democrático que responda de manera unitaria en su intervención exterior en el conflicto (método que los y las comunistas conceptuamos como Centralismo Democrático).
Con este modelo de partido marxista-leninista que hemos adoptado, volcado en la intervención humilde y respetuosa en los movimientos sociales, en el movimiento obrero, y en cualquier conflicto social allí donde se esté defendiendo los intereses populares, aspiramos a intentar contribuir a acabar con la situación que existe hoy en España de falta de libertades, de recorte de las pensiones, de trabajos mal remunerados y poco estables, de feminización de la pobreza, etc.
Por todo lo dicho en estas líneas señor Ibarrola, es por lo que el Partido Comunista de España, el cual fue un actor principal en la defensa de la II República, el cual fue el principal actor en la lucha antifranquista, y sin el cual no se entenderían las luchas por las libertades y los derechos tras el franquismo, hemos decidido colectivamente recuperar el Marxismo-leninismo.
Paco Jiménez y Carlos Guzmán, miembros del Comité Provincial del PCE-EPK Navarra.