En el cuarenta aniversario de la Constitución Española, Ezker Anitza-IU ha defendido la necesidad de un nuevo marco constitucional republicano que blinde derechos sociales y libertades y que reconozca la realidad plurinacional del Estado desde la libre adhesión de pueblos y ciudadanía.
El parlamentario de Ezker Anitza-IU y portavoz de Elkarrekin Podemos en el Parlamento Vasco, Jon Hernández ha defendido la necesidad de un nuevo modelo constitucional durante el debate sobre el cuarenta aniversario de la Constitución Española celebrado en el pleno del Parlamento Vasco esta mañana, porque “la actual Constitución no es capaz de hacer frente a los retos que nuestra sociedad tiene por delante. Retos de carácter político, social y territorial para los que no tiene respuesta”.
Hernández ha defendido que “necesitamos un marco constitucional que garantice la elección democrática de todos los cargos públicos, incluida la jefatura del Estado, por lo tanto, un marco constitucional republicano. Que consagre los principios de igualdad y fraternidad, que garantice la supeditación de la riqueza al interés general, que consagre la igualdad real, no solo formal. Un marco que garantice las libertades y una separación real de los poderes. Un marco constitucional que reconozca la realidad plurinacional del propio Estado y que se construya desde la libre adhesión de pueblos y ciudadanía”.
La coalición de izquierdas ha manifestado que no puede negar las libertades y derechos que trajo la Constitución aprobada tras la dictadura franquista “porque negarlo sería faltar a la verdad, además de una falta de respeto a los demócratas antifranquistas que se jugaron la vida para conquistar esos derechos y libertades, que fueron los que trajeron esos derechos y no quienes ahora defienden la inamovilidad de la constitución cuando en su día pidieron el voto negativo” en referencia al PP “heredero directo de “Alianza Popular”. Pero también es verdad, ha afirmado Hernández que “la fuerte resistencia de las élites franquistas permitió preservar prerrogativas conservadoras en la constitución y no alterar la estructura de poder. Lo que es muy evidente en el caso de la monarquía y las élites económicas pero que afecta también al poder judicial”.
En este sentido, Hernández ha afirmado que “la Constitución de 1978 y la llamada transición democrática no fueron el cuento ejemplar de las crónicas de Victoria Prego. Sino el resultado de una desigual correlación de fuerzas -o de debilidades como decía el camarada Manuel Vázquez Montalbán- de un país que intentaba sacudirse el yugo de una larga dictadura. Y que por lo tanto la constitución estuvo muy condicionada. En exceso. Más de lo que, incluso en aquel difícil contexto histórico, era justificable”.
El parlamentario de Ezker Anitza-IU y también secretario general del Partido Comunista de Euskadi ha respondido al portavoz socialista que efectivamente el PCE “pidió el voto afirmativo a la constitución y no venían a auto enmendarse lo realizado hace 40 años en una situación difícil. Pero hace ya diez años que el Partido Comunista dio por roto un pacto constitucional que no se ha cumplido, porque la parte social de la constitución, la traída por la izquierda ha sido papel mojado y nunca se ha cumplido. Mientras que la parte conservadora de la constitución, traída por una derecha proveniente del franquismo ha sido la que ha permitido que la constitución esté al servicio de las élites económicas y no de la mayoría social trabajadora”.
Hernández ha respondido a las acusaciones del Partido Popular, que “plantear un debate democrático sobre el marco constitucional no es generar inestabilidad” y que la crisis de legitimidad que sufren las instituciones “no la ha traído ningún populismo, sino la propia actuación de las diferentes instituciones, que en estos años de crisis se han puesto al servicio de la banca y contra la gente trabajadora, ante lo cual la constitución no ha sido una herramienta útil”.
