Este jueves 18 de Julio, actos en memoria de las víctimas del golpe fascista de 1936:
▶️ #GASTEIZ (organizan Ezker Anitza-IU, EH Bildu, Podemos, Equo-Berdeak)
⏰10:30h
Homenaje a todas las víctimas en el monolito situado en la plaza Lehendakari Agirre (junto a Correos).
⏰20:00h
Frente a la Catedral Nueva, concentración bajo el lema: “Iragana Gogoan, Araba berria erakiki. Contra la impunidad franquista: verdad, justicia y reparación”.
▶️ #DONOSTIA (Organiza el núcleo Donostia del PCE-EPK☭)
⏰18:30h
En la escultura a las víctimas de la dictadura (delante del Ayuntamiento) acto en recuerdo de las víctimas del franquismo bajo el lema: “¡Ni cautivos ni vencidos! Ez dira pasako!”
OROIMENA⚘ DUINTASUNA⚘ ta BORROKA
El 18 de julio de 1936 comenzaba un golpe militar de corte fascista contra el orden democrático republicano, dando que inicio a una sangrienta guerra civil que, rápidamente, iba a convertirse en guerra nacional revolucionaria de trascendencia internacional. Fuerzas del Ejército, en Marruecos y en la Península, apoyadas por la reacción terrateniente-burguesa y en estrecha connivencia con la Italia de Mussolini y la Alemania hitleriana, se sublevaron contra la República.
La Guerra Civil para Franco y sus acólitos no acabó el 1 de abril de 1939, sino que se prolongó hasta los últimos días de vida del dictador, ya que el franquismo en su cruel y larga historia nunca dejó de recordar quiénes fueron los vencedores y vencidos.
Hace cuarenta años que la Constitución y la llamada Transición española dieron por “oficialmente” liquidado aquel período, desde una cierta continuidad legal que impidió declarar ilícitos los tribunales e instituciones surgidas del golpe de Estado del 36.
No se han apagado las esperanzas de regeneración de la vida pública española que suscitó la II República. No han muerto los deseos de justicia social que llevaron a centenares de miles de mujeres y de hombres a luchar en el frente por los ideales republicanos.
No se ha querido, ni sabido consolar el llanto de las víctimas de la represión. Más aún frente al legítimo deseo de reivindicar la memoria y enterrar a los suyos de manera digna de muchos de sus familiares primero opusimos el silencio y el desprecio; luego la desidia.
Después de ochenta años hoy es más necesario que nunca acudir a la memoria democrática para extraer de ella algunas lecciones vitales en un presente convulso como el nuestro en el que los poderosos vuelven a acudir al “estado de necesidad” para negar al pueblo sus más elementales derechos y conquistas.
Hoy como en 1936, los poderes económicos claman por el empeoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos para conservar sus privilegios. No necesitan iniciar ninguna guerra civil. En nombre del “rigor”, de lo “inevitable” y con la poderosa ayuda de un ejército al que ellos llaman “el mercado”, compuesto de especuladores sin escrúpulos y políticos complacientes con sus dictados, pretenden dar un golpe de estado incruento pero fatal a los derechos reconocidos en esa Constitución que tanto alaban.
Franco ganó una guerra en 1939 pero no nos venció. Somos cientos de miles quienes aspiramos y luchamos por otro tipo de sociedad, justa e igualitaria. Una sociedad de derechos, feminista y sin clases sociales.
Cuando se cumplen 83 años del levantamiento militar que inicio Franco en Melilla, reclamamos, una vez más, que se termine la injusticia histórica de mantener a miles de demócratas enterrados sin identificar en fosas comunes mientras el Dictador, que inició una guerra que costó más de un millón de muertos, esté enterrado con todos los honores en un gran mausoleo y las victimas siguen enterradas en las cunetas de este país.
Por último, pedimos justicia y reparación mediante la retirada de la Tumba de Franco del Valle de los Caídos, la ampliación de ley de Memoria Histórica para el justo resarcimiento de las víctimas y sus familiares y la aprobación de una Ley de Memoria Democrática en Euskadi.