Artículo de opinión: El PCE de nuevo con el pueblo español.
Isabel Burbano y Carlos Guzmán, Secretaria Política y Secretario de Organización del PCE-EPK Navarra respectivamente.
El 14 de noviembre de 1921, fruto de la unión del Partido Comunista Español y el Partido Comunista Obrero Español, nacía el Partido Comunista de España (PCE). Desde aquel momento, a pesar de lo modesta y humilde de nuestra organización, la historia democrática de nuestro país no podría comprenderse sin la concurrencia del PCE.
Durante la segunda parte de la II República Española, ante la latente amenaza del fascismo golpista, el PCE supimos anteponer la defensa del régimen democrático a nuestro propio programa revolucionario, y del escepticismo inicial con el que recibimos la República pasamos a ser los principales defensores de la legalidad institucional de la misma.
Tras el golpe de estado fascista del 18 de julio de 1936 y el estallido de la Guerra Civil, el Partido Comunista encuadramos a nuestras decenas de miles de militantes en la defensa militar de la II República en las Milicias Populares o en el Quinto Regimiento, erigiéndonos en el principal baluarte del Ejercito Republicano hasta la consumación del golpe del Coronel Casado.
Con la victoria fascista y el final de la Guerra Civil, y con miles y miles de camaradas caídos en el frente o poblando los presidios franquistas, lejos de caer en el desanimo o la pesadumbre, sin abandonar las armas, el PCE echamos al monte a miles de militantes comunistas para configurar el maquis o guerrilla antifranquista durante más de una década. Llegando incluso, a organizar el 19 de octubre de 1944 la Operación Reconquista de España o también conocida como Invasión del Valle de Arán, operación fallida en la que 7.000 guerrilleros cruzaron los Pirineos e intentaron reinstaurar la II República.
Durante toda la dictadura franquista, fuimos el Partido Comunista de España la principal formación política organizada en todo el interior de nuestro país (desde los penales, a las fábricas, pasando por las universidades) que plantó verdadera oposición política, ideológica y social a la dictadura. Hasta nuestra legalización aquel Sábado Santo rojo (9 de abril de 1977) miles de militantes comunistas en la clandestinidad fueran detenidos, torturados o asesinados por el régimen o por elementos de la ultraderecha como por desgracia el conocido Julián Grimau o los Abogados de Atocha.
En la llamada Transición, fue imprescindible y fundamental el papel político desempeñado por el PCE para lograr conquistar, recoger y consagrar una serie de derechos sociales, civiles, laborales y democráticos en la ya hoy obsoleta Constitución de 1978, pero que en aquel momento supusieron una verdadera ruptura democrática con la criminal dictadura.
En los últimos 40 años, no ha habido ni una sola movilización política, social, o sindical en nuestro país, en la que no haya sido destacado el papel desempeñado por la militancia de nuestro partido. Desde las movilizaciones contra la entrada de nuestro país en la OTAN que dieron lugar a la fundación posterior de Izquierda Unida, a todas y cada una de las Huelgas Generales contra las Reformas Laborales y las políticas anti-obreras de PSOE y PP, pasando por las movilizaciones contra la Guerra de Irak o en favor de los derechos LGTBI (homosexualidad, la cual por cierto fue despenalizada en nuestro país vía enmienda de nuestra organización en 1978 a la proposición de Ley para modificar la Ley de Peligrosidad Social formulada por el PSOE que criminalizaba al colectivo LGTBI).
En la actualidad, en plena crisis política enmarcada dentro de la crisis de régimen que vive nuestro país desde que estalló la última crisis económica del 2008 e irrumpiera el movimiento 15M en el 2011, el PCE vuelve a dar un paso transcendental al frente y vuelve a ponerse al servicio de España, formando parte del próximo Gobierno del Estado en un momento de peligrosísimo aumento de la extrema derecha. Por primera vez tras la II República y la Guerra Civil, dos militantes comunistas formarán parte del próximo Consejo de Ministros tomando así el relevo de Jesús Hernández (Ministro de Educación y Sanidad entre 1936 y 1938) y Vicente Uribe (Ministro de Agricultura entre 1936 y 1939).
Siempre que hemos podido, el PCE hemos estado en las instituciones y en los gobiernos locales y autonómicos para tratar de implementar políticas de izquierdas que mejoren la vida de las y los trabajadores. Esta nueva etapa es coherente con nuestro histórico trabajo institucional, que abarca desde los ministros del Frente Popular hasta alcaldías como la actual de Castejón o Consejerías en Gobiernos de Andalucía o la Comunidad Valenciana.
La actual entrada de nuestros camaradas Alberto Garzón y Yolanda Díaz en el próximo Gobierno Progresista, es fruto del Acuerdo Programático que la coalición Unidas Podemos – Izquierda Unida ha logrado arrancarle al PSOE. El Acuerdo Programático, recoge una serie de medidas como la derogación de la última Reforma Laboral, la universalización del acceso a la educación infantil 0-3 años, la actualización de las pensiones con respecto al IPC, el control del precio de los alquileres, la regulación urgente de los juegos de azar, las derogaciones de la LOMCE y de la Ley Mordaza, o la subida progresiva del SMI a los 1.200€, que son fundamentales y de imperiosa necesidad para blindar los derechos y garantizar las condiciones materiales dignas de la mayoría social trabajadora de nuestro país, tan vapuleada por los gobiernos anteriores del ya muerto bipartidismo.
Pero no caigamos en el engaño, como comunistas tenemos muy presente que con contar con dos camaradas en un gobierno en coalición con el PSOE y con compañeros y compañeras de Podemos no es suficiente. Para que un desmemoriado PSOE muy acostumbrado a mirar hacia la derecha y a postergarse ante los poderes facticos cumpla todos y cada uno de los puntos del acuerdo firmado, va a ser fundamental que la sociedad civil, los movimientos sociales, y el sindicalismo de clase, no abandonen las calles, y exijan el cumplimiento del mismo, y lo defiendan igualmente de una oposición reaccionaria furibunda.
Somos conscientes de que este paso dado es un paso difícil, contradictorio, e incluso peligroso. Pero de igual manera, somos conscientes de que el Partido Comunista de España desde su fundación hace 99 años ha dado siempre lo mejor de sí por el interés general del pueblo español, y esta vez no va a ser una excepción.