El PNV ha vuelto a poner sus intereses por encima de la salud pública en una operación encaminada a justificar la convocatoria electoral en el mes de Julio y a vender al electorado que ellos gestionan la desescalada del Estado de alarma en su cortijo particular. Euskadi.
La semana pasada el PNV tensionó la cuerda con el Gobierno de España poniendo en duda su voto a la prorroga del Estado de alarma precisamente como medida de presión para que se les diese garantías para la convocatoria electoral. A la par, durante toda la semana se puso en marcha un relato inducido a través de los principales medios de comunicación cercanos a Sabin Etxea, incluida la EITB, para intentar vendernos una situación mejor que la realmente existente con el fin de poder justificar que estamos en disposición de preparar la convocatoria electoral.
La fase 0,5 de la desescalada forzada por el PNV tiene ese doble objetivo que persigue Iñigo Urkullu: vender las bondades de la desescalada y justificar la convocatoria electoral en julio antes de que las cosas se pongan más feas en términos económicos y de que salgan varias sentencias por corrupción contra responsables del partido.
La sociedad vasca está preocupada por dos cuestiones fundamentales en estos momentos: la sanitaria y el impacto económico de la crisis en las familias trabajadoras. El PNV en cambio está más centrado en las elecciones que en estas cuestiones porque está poniendo sus intereses por encima de los de la sociedad vasca.
