La crisis económico-financiera del 2008 y la crisis política iniciada en el año 2011 tras la eclosión del Movimiento 15M, abrieron toda una crisis de régimen que sigue vigente hasta nuestros días. Durante esta crisis de régimen que ponía en cuestión el statu quo del Régimen del 78 e incluso acabo jubilando anticipadamente al monarca anterior, mucho ha acontecido en y para las izquierdas de nuestro país.
Durante décadas de bipartidismo político PP-PSOE, la izquierda española encontró prácticamente en solitario en Izquierda Unida la única voz de la izquierda rupturista y transformadora de nuestro país. Durante largos años nuestra voz pequeñita y débil fue la única que alertó de los peligros neoliberales que acechaban en la UE y en el Sistema Euro, fue la única (junto con las organizaciones sindicales de clase) que rechazó todas y cada una de las reformas laborales de PP y PSOE, fue la única que cuestionó la existencia de una por entonces ejemplar e idílica monarquía, y fue también la que en muchos Ayuntamientos se opuso casi en solitario a la especulación corrupta de la época de la burbuja inmobiliaria. En definitiva, mil y una luchas casi en solitario, muchas derrotas, y alguna que otra victoria.
Con la muerte electoral del bipartidismo, nuevas organizaciones políticas surgieron en las izquierdas y las derechas, perdiendo por consiguiente nuestra organización Izquierda Unida la preminencia exclusiva en el espacio de la izquierda transformadora de nuestro país. Afortunadamente, nuevos compañeros y compañeros se sumaban a las luchas que ya veníamos librando casi en solitario desde décadas antes.
En la actualidad, en este dramático contexto de crisis económico-sanitaria que nos está tocando vivir a consecuencia de la Covid-19, la participación de la coalición Unidas Podemos – IU en el Gobierno del estado está permitiendo arrancarle al PSOE toda una serie de medidas políticas que están conformando todo un escudo social para la mayoría social trabajadora de nuestro país. Con sus contradicciones y discrepancias, que innegablemente existen como no puede ser de otra manera en un gobierno de coalición de distintas formaciones políticas, la participación de Unidas Podemos – IU en el Gobierno está permitiendo edificar una salida a la presente crisis económica muy distinta a la que el propio PSOE aplicó durante la pasada crisis económica del 2008. De igual manera, debemos señalar como logro importantísimo de la participación de Unidas Podemos – IU en el Gobierno del Estado el carácter social de los próximos Presupuestos Generales del Estado, los cuales en un momento crucial para la mayoría social trabajadora van acabar con gran parte del sesgo neoliberal al que estábamos acostumbrados, fortaleciendo la financiación de los servicios públicos y de las prestaciones sociales como el Ingreso Mínimo Vital. Aunque estos no vayan a ser los presupuestos que nos gustarían completamente, sin lugar a dudas van encaminados a proteger socialmente a la población más vulnerable.
La izquierda de la que formamos parte los que firmamos estas líneas afrontamos durante los próximos meses la XII Asamblea Federal de Izquierda Unida. Los y las comunistas, de cara a este proceso asambleario defendemos lo que venimos defendiendo desde nuestra fundación allá por 1921; constituirnos en una herramienta política útil al servicio de la clase trabajadora, capaz de construir mayorías políticas, sociales, y electorales que aspiren a transformar este país. Lo defendimos durante la Segunda República creando el Frente Popular, lo hicimos durante el franquismo organizando la Junta Democrática, lo hicimos en 1986 constituyendo Convocatoria Por Andalucía primero, e Izquierda Unida como movimiento político y social después, y también lo hicimos en Navarra en el año 2011 conformando la coalición electoral Izquierda-Ezkerra. ¿Y en que materializamos hoy en día esta propuesta? En el fortalecimiento del carácter de movimiento político y social de Izquierda Unida, y en el fortalecimiento y la ampliación del espacio político y social de la actual coalición Unidas Podemos – IU.
Pese a lo que algunos medios están difundiendo últimamente de forma interesada y tergiversada, el PCE no estamos defendiendo ni promoviendo la disolución de Izquierda Unida ni la absorción de esta por Podemos, todo lo contrario. Desde la propia creación de IU, los y las comunistas hemos sido conscientes de las limitaciones propias de los partidos políticos tradicionales, y por ello ya la constituimos en su día como un movimiento político y social con forma jurídica de coalición, y no como un partido político al uso. En estos momentos seguimos apostando por una Izquierda Unida abierta y al servicio de la sociedad trabajadora, inserta en los movimientos sociales y sindicales, radicalmente democrática y participativa, con presencia institucional para llevar nuestras propuestas programáticas transformadoras allá donde sea nos posible, y en continua relación dialéctica con la clase trabajadora y con sus diversas expresiones organizativas. Izquierda Unida, con sus aciertos y sus errores, ha sido, es y seguirá siendo un agente político fundamental en la construcción de cualquier alternativa política transformadora en nuestro país.
De igual manera, siendo conscientes de la realidad evidente de las izquierdas españolas, hacemos una apuesta clara e inequívoca por fortalecer y ampliar el espacio político y social de cambio que representa hoy en día la coalición Unidas Podemos – IU. Nuestra vocación de ser una herramienta útil al servicio de la clase trabajadora, nos obliga a mirar incluso más allá de nuestros propios intereses partidistas, para centrarnos en los verdaderos intereses del conjunto de nuestra clase social. La construcción de mayorías políticas, sociales, y electorales que aspiren a transformar nuestro país requiere de altura de miras, de generosidad, de humildad, y sobre todo de sororidad, unidad y compromiso. La actual coalición Unidas Podemos – IU debe ampliar su implantación territorial, debe mejorar la coordinación interna a todos los niveles, debe promover la participación conjunta desde las bases de las organizaciones miembros, y sobre todo debe ampliar sus límites organizativos actuales para conformarse en un auténtico agente social y político para la Unidad Popular. Nuestro partido el PCE, nuestra organización Izquierda Unida, pero también Podemos, Equo, o Batzarre aquí en Navarra y otras organizaciones en otras partes del estado, somos y debemos ser imprescindibles y necesarias en el espacio político de cambio existente en nuestro país que debe fraguar una auténtica Unidad Popular.
Las izquierdas somos muchas y muy diversas, pero todas tenemos un horizonte común; construir una sociedad más justa y solidaria, que como muy bien nos ha enseñado recientemente el movimiento feminista, merezca la pena ser vivida. Los y las comunistas lo tenemos muy claro, y en ello y por ello trabajaremos.
Isabel Burbano y Carlos Guzmán, Secretaria Política y Secretario de Organización del PCE-EPK Navarra respectivamente.