Frente a propuestas de jornada laboral de cuatro días, el Partido Comunista considera necesario plantear que lo fundamental es la reducción de jornada sin reducción salarial para mejorar las condiciones laborales, reducir el desempleo, y para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres al facilitar la corresponsabilidad en la atención a los cuidados, y la conciliación de la vida laboral y familiar, avanzando por lo tanto en un reparto equitativo de la distribución del trabajo productivo y reproductivo entre mujeres y hombres.
Así lo ha defendido el Secretario General del PCE-EPK en el Parlamento Vasco donde ha manifestado que aunque no se opone a los proyectos pilotos y mesas de análisis para estudiar los efectos de la jornada de cuatro días y la reducción de jornada laboral, “nosotros no necesitamos estudiar los efectos, tenemos claro que la reducción de jornada laboral sin reducción de horas es buena para la clase trabajadora y la vamos a seguir defendiendo”.
Hernández ha añadido que el Ministerio de trabajo dirigido por la militante del PCE Yolanda Diaz, ya ha puesto en marcha proyectos pilotos como los que ahora propone el Gobierno Vasco y el resultado “ha sido totalmente coincidente con lo que defendemos los comunistas: positivo para los trabajadores, pero también para empresas y economía, así que es el momento de que se impulse la reducción de la jornada sin reducción de horas y no de seguir analizando la propuesta” como plantean el Partido Socialista y el PNV. Primero porque las y los trabajadores “sabemos que trabajar menos horas por el mismo salario es sin duda mejorar nuestra calidad de vida, también porque estamos convencidos de que favorece la reducción del desempleo y porque está claro que es importante para la igualdad entre mujeres y hombres. Pero también porque es una medida que ataca al corazón mismo de la lógica de este sistema capitalista”.
Desde los orígenes del capitalismo como sistema económico y social, la explotación asalariada de los trabajadores por la patronal, se ha basado en la búsqueda de extraer cada vez más lo que Marx llamaba “plusvalía absoluta” para aumentar sus ganancias. Y que necesita para ello que una parte de la clase trabajadora se dedique a las labores reproductivas: las mujeres. El patrón, no le paga al obrero el equivalente al valor de lo que produce durante su jornada, sino que le paga un salario mínimo, suficiente para que sobreviva y regrese a trabajar al día siguiente. Pero el trabajo del obrero produce mucho más valor durante esa jornada de trabajo, y por lo tanto el capitalista se apropia de mucho más de lo que paga: la plusvalía.
De aquí nacieron las largas jornadas de trabajo que se imponían a hombres, mujeres e incluso a niños en las fábricas. Y eso no ha dejado de provocar resistencia y luchas que cristalizan en la propuesta política de la reducción de la jornada laboral sin reducción salarial. Se trata de una lucha entre clases en la que los trabajadores tratan de combatir el robo de su trabajo y de su tiempo. Tratan de luchar para no dejarse la vida en el trabajo, al mismo tiempo que cuestionan la base del sistema capitalista, el robo de la fuerza de trabajo ajena.
La burguesía siempre tiende a obtener la mayor plusvalía posible. Por eso, siempre se va a resistir a este tipo de medidas. Esto es lo que explica en opinión de Hernández “la negativa de CONFEBASK a tan siquiera hablar sobre una propuesta tan moderada como la puesta en marcha de una mesa de trabajo como ha propuesto la Consejera Mendia, o de un plan piloto para ver cómo funciona esto. CONFEBASK, la patronal, ya sabe cómo funciona la reducción de jornada laboral sin reducción salarial, ya sabemos todos cómo funciona. Funciona bien. Para trabajadores y para empresas, pero ataca a ese robo que es la plusvalía, y a la patronal claro, esto no le hace gracia”.
Por eso, nosotros decimos si a la mesa de trabajo para valorar esta medida, y decimos si a que se pongan en marcha proyectos pilotos, de hecho los hemos impulsado en el ministerio de trabajo y ya están en marcha. Pero como tenemos claro que es una medida buena para la clase trabajadora y para la igualdad entre mujeres y hombres, planteamos algunas medidas al Gobierno para impulsarla, más allá de estudiarla.