El Partido Comunista que ha respaldado estas movilizaciones, considera más que necesaria la acción decidida de las y los trabajadores en defensa de una sanidad pública que está siendo debilitada por el Gobierno Vasco y por los intereses del sector privado de la sanidad.
Las dos jornadas de huelga convocadas por los sindicatos en la sanidad pública vasca se saldan con un importante apoyo de profesionales y movilizaciones masivas en todas las capitales, a pesar de los servicios mínimos impuestos por el ejecutivo.
El PCE-EPK ha denunciado en el transcurso de las movilizaciones, que mientras el Gobierno Vasco destina miles de millones de euros del presupuesto de salud a contratistas privados de todo tipo –ambulancias, emergencias, teleasistencia, limpieza, mantenimiento, restauración, derivaciones a clínicas privadas, consultoras – los beneficios de la sanidad privada no dejan de crecer en Euskadi, al igual que los seguros privados, principales beneficiarios de las carencias en Osakidetza.
Así lo ha expresado el Secretario General del Partido, Jon Hernández, quien ha participado en las movilizaciones desarrolladas tanto el jueves como el viernes: “esta convocatoria es el resultado de la cerrazón mantenida durante años por parte del Gobierno Vasco a no reconocer que Osakidetza y sobre todo los profesionales de la sanidad pública vasca están cada vez en peores condiciones, para tapar su modelo privatizador.”
Hernández ha recordado que el grupo parlamentario de la coalición Elkarrekin Podemos-IU en el Parlamento Vasco lleva años exigiendo al departamento de salud el refuerzo de la sanidad pública y la reversión un modelo de externalizaciones y concertaciones de servicios con el sector privado que cada vez está mermando más a la sanidad pública.
La defensa de una sanidad 100% pública, sin ninguna privatización, sin la tramposa fórmula de «colaboración público-privada» es una de las líneas rojas que definen la dignidad de una sociedad en nuestros días. El deterioro de la sanidad pública percibido por la ciudadanía en insoportable: listas de espera inaceptables, recortes de horarios y cierres de los puntos de atención continuada, falta de accesibilidad a especialistas, profesionales ampliamente sobrecargados con condiciones laborales ridículas, es fruto entre otras cosas de la voluntad privatizadora del Gobierno Vasco, cuyo fin es convertir la salud de la población en un nicho de negocio a explotar por el sector privado de la sanidad.
