Conflictos como el de Nortegas demuestran la necesidad de políticas de reversión de las privatizaciones realizadas durante décadas en nuestro país, para recuperar para la ciudadanía lo que fue construido con los recursos públicos de todas y todos, y para garantizar salarios y condiciones laborales justas para las plantillas de estas empresas, blindándolas de la avaricia del capital. Una empresa creada con dinero público de toda la ciudadanía, que gana más de 51 millones de euros al año, y que reparte sus beneficios entre los propietarios capitalistas vía Luxemburgo debido a su privatización, en vez de repercutir en el bienestar de todos los ciudadanos, pretende devaluar el poder adquisitivo de las y los trabajadores y robarles salario.
Había una vez, varias empresas energéticas, en concreto del sector del gas natural, que se crearon en la década de los 70, con el ánimo de dar un nuevo servicio a la ciudadana, mejorar la calefacción, calentar agua sanitaria, cocinar, dar servicio a empresas en sus procesos de fabricación, etc…
Estas empresas, algunas como Donostigas ya estaban suministrando otro tipo de gas ciudad más contaminante, otras eran de nueva creación como Bilbogas, Gasnalsa, Gas Euskadi. Nuevas compañías fundadas con dinero público, con aportaciones del Gobierno Vasco, Ayuntamientos, Diputaciones, y cajas de ahorro. Todo ello para mejorar y dar un servicio al ciudadano de calidad. Un sector que creció gracias al dinero público invirtiendo en grandes infraestructuras con kilómetros de tuberías e instalaciones accesorias para dar un servicio que ponía a Euskadi en la vanguardia de la distribución de gas natural.
Pasaron años hasta que este ilusionante proyecto, fue exitoso y comenzó a reportar a las arcas públicas beneficios económicos. El impacto en el tejido industrial vasco fue importantísimo, con creación de puestos de trabajo directos e indirectos, descarbonización de la industria y salas de calderas colectivas. Un cambio radical en el consumo y comercialización de la energía. Pero un buen día y cuando mejor marchaban estas compañías desde los Ayuntamientos primero y después Gobierno Vasco a través del ente Vasco de la Energía (EVE), se decidió fusionar en una única sociedad las empresas municipales, dando paso a una nueva empresa pública llamada Naturcop.
Posteriormente en marzo de 2003 el Gobierno Vasco decidió privatizar la compañía; Hidrocantábrico se adjudicó la privatización tras presentar la mejor oferta, un año más tarde Hidrocantabrico fue comprada por la portuguesa EDP, hasta que decidió en el año 2017 vender su red de distribución de gas a un consorcio de inversores encabezados por J.P. Morgan por casi 2.500 millones de euros.
Desde 2018 el nombre de la nueva distribuidora es Nortegas, que opera además de en Euskadi también en Cantabria y Asturias. Como ya sabemos, el único propósito de los fondos de inversión es conseguir la mayor rentabilidad posible y los trabajadores somos un activo más que hay que exprimir para conseguir aumentar los beneficios a costa de lo que sea.
Así, en estos momentos la plantilla y la dirección de la empresa sostienen un conflicto abierto ante la pretensión empresarial de desvincular cualquier subida salarial del IPC y bajar las tablas salariales para nuevos empleados, es decir devaluar el poder adquisitivo de las y los trabajadores y robarles salario. Después de 24 reuniones y 17 meses de negación no existe acuerdo para actualizar el convenio colectivo y los trabajadores sufren una pérdida de más del 12% de poder adquisitivo.
Una vez más, empresas públicas y estratégicas creadas con el dinero de todos, son vendidas, a manos privadas, a pesar de obtener beneficios, esta vez a fondos de inversión extranjeros. Los trabajadores de Nortegas, hastiados de esta situación han emprendido movilizaciones para intentar desbloquear esta injusta situación. Es por ello, que solicitamos tal y como plantean los trabajadores, que en la negociación se incluya la revisión salarial con referencia al IPC y exigimos a la Dirección a que recapacite y modifique sus propuestas de negociación para que los salarios de 170 trabajadores no se vean seriamente perjudicados, además de garantizar buenas condiciones laborales para las nuevas incorporaciones.
Conflictos como el de Nortegas demuestran la necesidad de políticas de reversión de las privatizaciones realizadas durante décadas en nuestro país, para recuperar para la ciudadanía lo que fue construido con los recursos públicos de todas y todos, y para garantizar salarios y condiciones laborales justas para las plantillas de estas empresas, blindándolas de la avaricia del capital.
Área de Movimiento Obrero del PCE-EPK
