La representante del PIE repasa en Estella las primeras medidas normativas tomadas por el nuevo Gobierno, que encubren un golpe de Estado ante la falta de apoyo parlamentario que necesita la ley Ómnibus
La Casa de Cultura ‘Fray Diego’ de Estella-Lizarra (Navarra) acogió el pasado miércoles 17 de enero una charla sobre Argentina organizada por Izquierda Unida y que contó con la presencia de Maite Mola, representante del Partido de la Izquierda Europea (PIE), además de militante de IU y del PCE-EPK.
Durante su intervención, Maite Mola reflexionó sobre la llegada a la Presidencia de Argentina de Javier Milei y sobre las primeras actuaciones que ha llevado a cabo su Gobierno. En ese sentido, quiso manifestar que lo ocurrido en este país no es algo aislado, sino que hay que ponerlo en contexto dentro de la realidad que vive el planeta, con la guerra en Ucrania o el genocido que vive Palestina, pero también con la confrontación entre Estados Unidos y China. Así, destacó que la llegada de la ultraderecha al poder en Argentina es un reflejo del auge que este movimiento político vive no sólo en América, sino también en Europa, ya sea en los diferentes países del continente o en la propia UE, como ha quedado demostrado con la aprobación de las políticas migratorias.
A modo de introducción, Mola manifestó que es justo reconocer que parte de la culpa de la victoria de Milei la tiene el hecho de que los partidos progresistas tuvieran un candidato como Sergio Masa, el ministro de Economía de un Gobierno que había llevado al país a un “desastre total”. Un candidato “malo” que, sin embargo, en la primera vuelta sacó un 36 % de los votos con su partido Unión por la Patria, frente a la derecha representada por los otros dos candidatos principales: Javier Milei (Libertad Avanza) y Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio).
En la segunda vuelta, como recordó Maite Mola, sucedió lo mismo que en otros países como Ecuador: la derecha se une y la izquierda pierde las elecciones. En el caso de Argentina, incluso, esa unión ha posibilitado que Bullrich, a la que Milei calificó en campaña de “montonera asesina”, sea la ministra de Seguridad y responsable directa de desarrollar la ley contra la movilización social que ha impulsado el nuevo presidente.
Primeros acuerdos. Para hacerse una idea de lo que es y lo que representa Javier Milei, un “fascista, xenófobo y, sobre todo, absolutamente neoliberal” en palabras de Maite Mola, basta repasar sus primeras decisiones: acuerdos militares con EE. UU., viaje a Israel, la renuncia a la entrada en el grupo de los BRICS que había sido aprobada hace unos meses o no designar embajadores ni en Cuba, ni en Venezuela ni en Nicaragua.
Además de estas decisiones, lo que ha encendido a la población argentina son las dos normas que ha aprobado y con las que pretende dar un golpe de Estado al margen del parlamento argentino, donde su representación es muy pequeña: en la Cámara de Diputados ‘La Libertad Avanza’ solo tiene 38 de 257 escaños, además de siete de los 72 senadores.
En primer lugar, según explicó Maite Mola, vino el Decreto de Necesidad y Urgencia, con 366 artículos, que puso los cimientos para la Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos, conocida como ley Ómnibus por la cantidad de reformas que pretende. Si bien el decreto no necesita el visto bueno del Parlamento, éste sí que debería aprobar la ley, por lo que no tendría posibilidad teórica de avanzar.
El megadecreto de Milei deroga o modifica decenas de leyes aprobadas por el Congreso, allanando las reformas que recoge de la ley Ómnibus. En palabras de la representante del PIE, “se toca todo”: desde privatización de empresas, de medicamentos, alquileres, limitar el derecho de huelga, jubilaciones hasta la política medioambiental.
En cuanto a la ley, de 183 páginas y 664 artículos, declara “la emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social” en Argentina hasta el 31 de diciembre de 2025. Una fecha que incluso puede ser prorrogada por dos años y durante la cual el poder ejecutivo podría asumir facultades que corresponden al Parlamento.
Futuras movilizaciones. Si finalmente la ley Omnibus fuera desarrollada tal como ha sido presentada, se privatizarían todas las empresas estatales, se llevarían a cabo nuevas reformas fiscales, de pensiones, y se autorizarían sanciones por manifestarse. “Tú sales a la calle, te pillan porque están parando un coche y te pueden meter tres años a la cárcel”, explicó Maite Mola. Una política extrema que, añadió, “no es algo que el pueblo argentino aceptará así como así, porque es un pueblo muy luchador”. En palabras de Mola, “es verdad que han votado a Milei, porque han sufrido mucho, pero también que van a salir masivamente a la calle”. Así, recordó que el 24 de enero hay convocada una huelga general apoyada por sindicatos y partidos progresistas que van a luchar «contra este despropósito”.
Para concluir su intervención, quiso dejar claro que lo que está sucediendo en Argentina no se trata de un tema de “solidaridad internacional”, sino de un paradigma, de algo que está pasando y que puede pasar en otros lugares. Incluso en España, por muy exagerado que nos parezcan personajes como Javier Millei.